Un plan tan increíble que sólo podría salir bien en una película.
Lo de que "la realidad siempre supera a la ficción" es una frase de lo más trillada, es verdad, pero historias como esta, Argo, vienen a darle la razón una vez más. Porque Argo, dirigida y protagonizada por un Ben Affleck valiente y arriesgado, muy alejado de sus registros habituales, se basa en una historia real para contarnos una aventura que, sin duda, sólo puede salir bien en una película... o no.
La historia de Argo tiene lugar a finales de 1979, en plena revolución iraní en su punto álgido. Cuando militantes iraníes irrumpen en la embajada de Estados Unidos en Teherán, seis valientes logran escapar en medio del caso, y encontrar refugio en casa del embajador canadiense. Sabiendo que es sólo cuestión de tiempo que los encuentren y, muy probablemente, los maten, un especialista de la CIA en operaciones especiales llamado Tony Mendez (Affleck) urde un arriesgado plan para sacarlos del país de forma segura.
Un plan que se basa en utilizar el engaño, y una película de ciencia ficción falsa, para liberar a los rehenes en Argo. Y que a pesar de su éxito, fue tan sobre la línea, y sobre todo, tan esperpéntico, que el gobierno de Estados Unidos mantuvo en silencio lo que de verdad sucedió durante años, ¡a pesar del éxito del plan de Argo!